domingo, 1 de abril de 2018

Eterno conflicto


Eterno conflicto 

Riega en mí el hechizo divino
crepita la estrella
que llevo dentro Eterno Conflicto,
todo lo que reserve
con entero amor te lo dedico.
Perdón, querida Tierra
fuiste el colchón de mi ateísmo
y la señal de error
debo encontrar la verdad

¿Cómo hacerlo sin su infinito?
Tras tu vil traición
confío en tu auxilio
a palos aprendí a estar vivo.
Cuando quieras matarme
a palos defenderé mi destino
es un ingenuo placer
sé no ganaré una lucha contigo

Marcovich J







Hombre sin talento


Hombre sin talento

El monstruo de mi ingenio crepita
deja un lado a lo bello y humea
la ambición no me deja, me quema
plugo al gran estilo me admita

cuando el papel no me pide tinta
pero aún mi ser exige la llama
no es  la belleza lo que llama
sino malos versos lo que se pinta.

De boca al precipicio del goce,   
nunca estaré en mesa de grandes     
yo sé que mis gracias no valen tanto,

es cuando dudo de mis facultades
aunque la mano vacía me pese
que se enciende la luz del encanto.

Marcovich


Carroña de lobos


Carroña de lobos

La media noche le roba la presa al lobo
Pasión y valores es  carroña que devora
asustada la palabra huye y se evapora
 y con ella también, el significado del globo.

A media noche el verso es festín de robo,
la palabra es lo que al recuerdo alumbra
ausente; recuerdo se convierte en penumbra,
es corazón bombeando sal donde sangre hubo.

El hombre sin memoria se escapa altivo
con el sol sobre sus manos  derramando cera
ilumina la imagen muerta sin su barrera,
continúa buscando con amnesia y ajobo

extinta la cera del sol, a nadie atisbo.
Oscuro, desnudo, con candil y sin palabra
 así es el hombre sin memoria cuando alumbra
carroña de media noche y falta del lobo.

Crepita el cuervo


     Crepita el cuervo

Gusto de no escribir y beber café, estudiar, ver películas, rosearme perfume, salir por la noche, inyectarme la embriaguez, conocer mujeres, cometer delitos, tomar el sol, hablar con las personas, ejercitarme, bañarme y cortarme la barba.
En fin, disfruto el mundo al no escribir; digo adiós a mi amante y descanso a la sombra de un árbol. La felicidad me da risa y rio por más de un cuarto de hora << ¡Qué bello día para no ser artista!>> exclamo al cielo. <<¿Tú artista?>> responde un lindo cuervo entre las ramas.
<<Sí, soy poeta>> digo con gran vigor. <<¿Tú poeta? ¿has perdido la cabeza? De cualquier cosa que alcanzan, los poetas ponen la rima y forman un verso>>. El cuervo me hace dudar, corrijo: <<soy pensador, he dicho cosas como ningún otro las dijo>>.
Estira las alas, se limpia las plumas y responde el cuervo: <<como los meteoritos los pensadores se queman para iluminar su siglo>>. ¿Qué ha sido de mí, confundí el mediodía con el ocaso? El sol me parece escaso, desesperado, afirmo: << tengo oficio de escritor>>.
El cuervo suelta una risotada y exclama: << el escritor, aun irritado, pone su alma en sus letras breves, bellas y sinceras>>. Me acerco a las ramas y ahuyento al cuervo que escapa volando mientras le advierto no se atreva alegar con un hombre.
Voy por un café pero me sabe agrio la crema y veo sucia la taza, acecho a la mesera y sin remitente, escapo. Caliento las piernas de camino a casa, arribo, cojo una pluma, una hoja en blanco y me siento a la mesa.









Huesos ligeros


Huesos ligeros

Si no fuera hombre seria ave
porque no soporto tener
los pies amarrados al suelo

si fuera ave seria halcón
porque no me gusta el traje
de cuervo con el que nací

si no fuera halcón seria águila
para que mi instinto recordara
todos los días la fuerza innata

si no fuera águila seria gaviota,
para que el viento fuese la tierra,
la mesa el mar y el cielo un hogar

si fuera ave jamás tocaría el piso
moriría en pleno vuelo y que mi cabeza
choque el suelo antes de volver aterrizar.



Ivan Alejandro JL

Encarnación de cuervo corazón de halcón


Encarnación de cuervo corazón de halcón

Nacido con plumaje negro
Destinado a ser carroñero
Con el desprestigio en las patas
Y la persecuccion en mis alas

Encendere otra vez la llama
Hare que se eleve mi alma
Sere regalo de reyes
Y mensajero de luces

donare mis palabras suaves,
Volvere a ser gentil con las aves
no estare en lugares bajos,

Desde los cerros mas altos
Con plumas negras volare ___
Donde solo los blancos buscan morada



Coatlicue o las promesas


Coatlicue o las promesas
Pudo un hombre cazar a un conejo, tuvo ganas de comerlo pero recordó a su esposa y a sus dos hijos, colgó el conejo en su hombro y caminó, de pronto escuchó gritos, se acercó curioso al origen y encontró a una mujer embarazada defendiéndose de un lobo. El hombre lanzó contundentes piedras y ahuyento al lobo. La mujer estaba herida, agradeció al hombre y pidió su conejo pues tenía mucha hambre. El hombre respondió no, alego que en la temporada seca había muy poco alimento para cazar y su familia no había comido desde ayer. La mujer insistió que le regalara el conejo pues en su vientre llevaba un dios que necesitaba comer. El hombre nunca había escuchado la palabra dios y preguntó su significado, escuchó que dios era el que saciaría el hambre de todas las personas y fundaría Tenochtitlan, la ciudad de los dioses, donde él y su familia podrían tener abundancia de agua y comida.
El hombre, conmovido, ofreció que regresaran juntos a la caverna donde vivía, caminaron durante horas y llegaron a la caverna que estaba cerca de un río seco. La esposa prendió una fogata, quitó la piel al conejo y lo puso al fuego, cuando la carne estuvo cocida, la mujer embarazada pidió que todos le regalaran su porción. La esposa dijo por qué y escuchó que todos sus problemas se solucionarían cuando el dios naciera. El hombre convenció a su esposa de regalar su porción del conejo a cambio de algunos chapulines que había recolectado. Los hijos comieron una pequeña parte del conejo.
Todos los días la esposa recolectaba frutos e insectos que había cerca de la caverna, mientras el hombre se iba a explorar en busca de carne, a veces tenía suerte pero su hijo murió de hambre transcurridas las semanas porque la mayoría de la comida que recolectaban, la regalaban a la mujer embarazada que siempre tenía hambre y lo único que hacía era alegar que cuando el dios naciera todo estaría bien. El hombre dudó y dijo a la embarazada que si su hijo podía darles abundancia era porque tendría habilidades extraordinarias para cambiar la realidad en un instante. Afirmó la embarazada, dijo que su hijo podía hacer cualquier cosa. El hombre dedujo que ella no sería una mujer común y debería tener habilidades extraordinarias también.
La mujer extendió la mano y en su palma un chorrito de agua broto como si fuera una fuente. La familia vio el chorrito de agua y sintieronse entusiasmados intentaron beberla pero la mujer dijo que el agua pertenecía al dios y no se podía beber, la familia no sintió tristeza olvidaron su sed al contemplar agua tan cristalina, sin embargo la escasez mató al otro hijo los días siguientes. La mujer embarazada intentaba aliviar la pena de la madre mostrándole continuamente el chorrito de agua que sacaba de su mano y prometiendo que todo estaría bien cuando el dios naciera, funcionó por un tiempo pero la esposa dejo de creer en dios y en la promesa, se marchó un día que el hombre fue a buscar carne.
Tras la partida de su esposa el hombre dejo de cazar, compartía insectos y frutos con la mujer embarazada, pasaba sus días viendo el chorrito de agua en la mano y escuchando promesas de abundancia y soluciones. La sequía termino, hubo más frutos cerca, el río se llenó de agua y hubo peces. La mujer dio a luz durante el mediodía a una enorme serpiente con cabeza de jaguar y plumas de águila que le quitó la vida al nacer. La serpiente emplumada, floto en el aire y habló al hombre, dijo que si caminaba hacia cierta dirección con el sol siempre tocando su hombro derecho, llegaría a Tenochtitlan, la ciudad de los dioses, donde la tierra sería fértil, advirtió que la reconocería por un gran lago donde un águila estaría devorando una serpiente en un nopal, dijo que él se convertiría en un dios y sería el emperador de Tenochtitlan, tendría las esposas que quisiera y los hombres, cazarían y recolectarían para él. El hombre respondió que había entregado todo y sentíase incapaz de realizar tremendo viaje hacia un lugar milagroso.
La serpiente emplumada sembró una semilla de maíz y la hizo crecer en un instante para que el hombre entendiera la agricultura y la fertilidad, afirmó que en su viaje encontraría gente que lo seguiría, lo ayudaría y lo adoraría hasta encontrar Tenochtitlan. El hombre, tomo una mazorca, le quito las hojas y la mordió, prometió encontrar la ciudad de los dioses y crear un gran imperio sobre el lago donde utilizarían la agricultura para subsistir. La serpiente emplumada dijo bien, subió al cielo y se convirtió en una enorme esfera de plumas verdes y azules que eclipso el sol durante un par de horas. Cuando hubo otra vez luz, el hombre se levantó, enterró el cadáver de la mujer y sobre ella sembró semillas de trigo, cebada, tejocote y maíz que había recolectado previamente, todos los días cultivó su huerto, nunca buscó el lago donde estaría el águila devorando una serpiente en un nopal.




                                                                                                                       Marcovich JL